Tania Inés Hernández Tez nació en el municipio Puerto Asís del departamento de Putumayo. Su liderazgo lo adoptó desde niña, como un legado de sus padres y de las mujeres de su hogar que trabajaban para el bienestar de su comunidad.
Tras la situación del conflicto armado en el territorio, surge su rol como lideresa y defensora de los Derechos Humanos, para proteger su cuerpo como primer territorio de vida, su familia y su entorno.
Durante su trayectoria como lideresa y miembro de una de las organizaciones de mujeres más antigua del departamento, «Mujeres Horizontes de Equidad», se vincula a la Ruta Pacífica de la Mujeres gracias a un llamado de sororidad en el año 1996 para acompañar a las mujeres de Mutatá, municipio de Antioquia que se encontraba abatido por las afectaciones de la guerra entre grupos armados y la fuerza pública. Desde ese momento, se fortalecieron las redes entre organizaciones de mujeres de su región que tenían un propósito en común, defender los derechos de las mujeres y el territorio.
Porque, aunque su departamento es uno de los priorizados por los programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET); las dinámicas impuestas por los actores armados siguen presentes y aumentan los índices de violencia, pobreza y cultivos ilícitos; afectando los derechos de las comunidades, especialmente de las mujeres, niñas, niños y jóvenes.
Las cifras de la Defensoría del Pueblo y un informe del El Espectador, reportan que desde el Acuerdo de Paz en Putumayo se han asesinado a 80 líderes y lideresas sociales. Por otra parte, se han emitido 34 Alertas Tempranas desde el año 2022 por el aumento de casos de reclutamiento a menores de edad en Putumayo y otros departamentos como Antioquia, Chocó, Valle del Cauca y Atlántico.
Dentro de este contexto y como resultado del fortalecimiento de las organizaciones de mujeres de la región que han avanzado con la Ruta Pacífica, las mujeres han sido tejedoras de paz para reparar y lograr la no repetición del conflicto armado en Colombia. Sin embargo, aún persiste la necesidad de un plan que incluya su participación y seguridad con el respaldo de la institucionalidad.
Es por esto, que el anuncio del Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325, sobre mujeres, paz y seguridad que convocó a las lideresas en representación de las mujeres y de sus territorios, con el fin de escuchar sus necesidades y recibir sus aportes, significó para Tania Inés Hernández Tez un avance significativo que aporta al cumplimiento de las medidas de género estipuladas en el Acuerdo de Paz.
“Para nosotras las mujeres en Putumayo, recibir el anuncio oficial de la implementación del Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325, y ser incluidas en el proceso, significó mayor respaldo en la ruta hacia la democracia y la paz. Además, es un proceso que nos da confianza al ser articulado por todas las propuestas que las organizaciones de mujeres han trabajado” Tania Inés Hernández Tez
«Es una agenda de paz que se estructuró desde experiencias reales, de las voces de mujeres diversas de todos los territorios, pero que las atacan los mismos problemas». Expresa Tania luego de participar en uno de los foros del Plan de Acción Nacional de la Resolución 1325 en donde se identificó que, aunque las dinámicas del conflicto armado y problemáticas de cada territorio son diferentes, las mujeres en su mayoría son víctimas de violencias de género y violencia sexual, incluso en sus hogares; situación que dificulta su participación en la toma de decisiones.
«Necesitamos el buen vivir, vivir en dignidad»
En este espacio se señaló la importancia de incluir en la agenda de la resolución la atención psicosocial integral. “Sanar desde suplir las necesidades” porque si bien con el Plan de Acción Nacional se busca destruir las barreras de discriminación que impiden que las mujeres incidan en todos los escenarios que conforman una sociedad, también se exige dar tratamiento a las necesidades de los territorios porque “Mientras haya pobreza y hambre; la paz no será posible”, si el aprovechamiento de los recursos naturales no es responsable; la lucha por la tierra seguirá vigente, y sin fuentes de trabajo y proyectos productivos que permitan la autonomía económica de las mujeres y la población en general; las economías ilegales continuarán teniendo incidencia en las regiones ,exacerbando las violencias.
Encuentros como los foros del PAN de la resolución 1325 hoy incluyen y aumentan las voces de las mujeres en todas sus diversidades con el Gobierno y la institucionalidad.